La limpieza y desinfección en hoteles condiciona para bien o para mal la reputación de los mismos y la experiencia de los clientes. 

 

Los hoteles y complejos turísticos se limpian diariamente, y no por ello quiere decir que la limpieza sea menos meticulosa. 

Estos establecimientos están obligados a pasar revisiones sanitarias para garantizar que se ofrecen las mejores condiciones. Además, cuentan con los supervisores más críticos: los clientes. 

Éstos valoran la limpieza de los hoteles de la misma manera que lo hacen con el servicio ofrecido, afectando, en ocasiones, a la reputación de los mismos. 

Así, los procesos de limpieza y desinfección en hoteles deben estar correctamente estudiados e implantados. 

A continuación, exponemos las pautas de higiene que deben seguirse en los diferentes espacios de los hoteles. 

 

Limpieza y desinfección de las zonas comunes 

Las zonas comunes como, por ejemplo, los pasillos, la recepción o las terrazas, al ser espacios bastante frecuentados por los clientes, son difíciles de mantener constantemente limpios. 

En primer lugar, debemos estudiar el tipo de suelo para proceder con un químico de limpieza u otro. 

En esta infografía explicamos qué productos son adecuados para la limpieza en función del tipo de suelo. 

Los productos químicos ecológicos son una buena opción para la limpieza de grandes superficies en hoteles por su gran rendimiento. Además, son respetuosos con el medio ambiente. 

 

Por lo que respecta al material empleado para la limpieza, los carros de limpieza facilitan el transporte de los diferentes útiles (cubos, mopas, cepillos, paños…). 

Por último, las mopas para el barrido y el fregado ofrecen un mayor rendimiento que las fregonas y escobas convencionales. 

 

Limpieza y desinfección de las habitaciones 

En la limpieza de las habitaciones, el baño y el mobiliario son, seguramente, las partes más visibles. 

En primer lugar, se recomienda limpiar el polvo con paños de tejido no tejido, que arrastran mejor la suciedad que las bayetas de microfibra. 

Para el baño, los productos químicos que predominarán serán los limpiadores antical y los desinfectantes. 

Una vez más, los carros de limpieza pueden facilitarnos la faena, aunque se recomienda no entrarlos a las habitaciones para evitar posibles problemas de contaminación cruzada. 

Por último, el equipamiento ayuda a mejorar la experiencia del usuario. Así, nos aseguramos de que siempre haya disponibilidad de papel higiénico, reemplazaremos las bolsas de basura (nunca las vaciaremos para volverlas a utilizar) y mantendremos los dispensadores cargados de jabón. 

 

Limpieza de la ropa de cama y toallas 

La lavandería es otro de los espacios con mayor actividad en términos de limpieza en los hoteles. 

Así, es importante separar la ropa en función de si es nueva, ya ha sido utilizada o está más sucia de lo normal para tratarla aparte. 

En cuanto a los detergentes y suavizantes empleados utilizaremos la cantidad justa para evitar un desgaste más acelerado de las toallas y la ropa de cama. 

La temperatura es otro factor que determina la efectividad de la colada. Ésta debe ser entre 40ºC y 60ºC; lo justo para eliminar los gérmenes y para evitar dañar la ropa. 

Por último, el secado debe realizarse con máquinas secadoras para una mayor higiene. 

En esta guía sobre el lavado de la ropa en lavanderías explicamos cómo deben tratarse las toallas. 

 

Eliminación de los malos olores 

Está demostrado que los olores condicionan la experiencia y sobre todo el buen recuerdo de los usuarios. 

Por ello, es importante mantener los espacios siempre frescos a través de productos de limpieza con aroma perdurable y de ambientadores convencionales. 

Para la eliminación de malos olores que pueden originarse en el gimnasio, zonas muy frecuentadas o incluso en las habitaciones, recomendamos optar por eliminadores de olores. 

Microdor es un desodorizante formulado en base a enzimas que desintegra los malos olores de forma natural, minimizando los niveles de toxicidad en el ambiente. 

La revisión de todos estos procesos de limpieza ayuda a corregir posibles errores y, sobre todo a garantizar que la experiencia del cliente sea la mejor. 

Además, en ocasiones, puede ayudarnos a optimizar los recursos empleados en la limpieza y desinfección, lo cual se traduce en un ahorro económico y de esfuerzo.