Secar las superficies después de haber limpiado o desinfectado ayuda a minimizar el riesgo de contaminación microbiana en los ámbitos sanitarios y alimentarios.

Desde hace algún tiempo avanzamos hacia la cultura de la limpieza en húmedo. La impregnación de mopas o paños ha ido comiendo terreno poco a poco a las escobas o fregonas convencionales.

Esto ocurre, sobre todo, en los ámbitos sanitarios y alimentarios, dos sectores que, debido a su alto nivel de susceptibilidad en cuanto a higiene, han demostrado que los métodos de limpieza en húmedo son más seguros que los sistemas en seco.

¿Pero es esto realmente así? Solo en cierta parte, Y es que la limpieza en húmedo conlleva una serie de riesgos que deben ser tratados con acciones como, por ejemplo, el secado de las superficies.

¿Qué riesgos conlleva no secar las superficies?

La falta de control del agua durante la limpieza en húmedo supone un peligro real en el sistema APPCC.

El agua residual que queda sobre las superficies tras la limpieza actúa como caldo de cultivo y puede llegar a favorecer el crecimiento microbiano.

El riesgo de contaminación acostumbra a estar asociada a bacterias como la Listeria o la Salmonella, a levaduras o a hongos. Esto, a su vez, pone en riesgo la seguridad en los ámbitos alimentarios y sanitarios.

¿Por qué no renunciamos a la limpieza en húmedo? Porque evita levantar el polvo u otras partículas, tal como ocurre con los sistemas de limpieza en seco.

¿Cómo debemos secar las superficies?

El secado de las superficies debe llevarse a cabo en el mismo sentido que se ha realizado la limpieza. Normalmente, secaremos de dentro hacia fuera o de más sucio a más limpio.

Esta acción se aplicará independientemente de si se ha limpiado o desinfectado. Exceptuando aquellos casos en los que la desinfección no requiere aclarado, como ocurre en el caso de los desinfectantes en base alcohólica.

Es especialmente importante asegurar el secado en las superficies de más difícil acceso como, por ejemplo, rincones, grietas, etc., ya que éstas actúan como el microhábitat preferido por los gérmenes.

El tejido no tejido, la mejor opción para secar las superficies

Los paños de tejido no tejido ofrecen múltiples ventajas en el secado de las superficies de ámbitos alimentarios o sanitarios.

Destacan frente a los paños de microfibra o algodón convencionales por su gran capacidad de arrastre y bajo desprendimiento de las fibras.

Además, los paños de tejido no tejido cuentan con una habilidad especial para absorber restos líquidos.

En Papelmatic disponemos de Tissfil, nuestra marca propia para el tejido no tejido, que fabricamos en diferentes formatos y colores con el objetivo de cubrir cualquier necesidad.