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La limpieza en zonas de alto riesgo requiere controlar la frecuencia, los métodos de aplicación y orden en que se aplica. 

 

En artículos anteriores explicábamos la clasificación a la que son sometidos los espacios de los hospitales en función de su carga bacteriana y sus necesidades de limpieza y desinfección. 

Destacábamos las zonas de alto riesgo, también conocidas como zonas críticas por la susceptibilidad que presentan a la hora de que se produzcan infecciones. 

Precisamente, este hecho hace que los requerimientos de limpieza y desinfección sean más exigentes que en las zonas de riesgo medio o bajo. 

A continuación, exponemos las pautas relacionadas con la frecuencia, la aplicación y el orden de la limpieza y desinfección en las zonas de alto riesgo de un hospital. 

 

Frecuencia de limpieza en zonas de alto riesgo 

Cualquier zona clasificada como alto riesgo se limpiará siempre que se detecte presencia de suciedad. 

En el caso de las habitaciones la limpieza será inmediata después de cualquier alta o ingreso.  

No obstante, en los casos de tuberculosis activa pulmonar o laríngea, la limpieza se realizará después de haber renovado el aire de la habitación varias veces. 

Por lo que respecta al quirófano, se realizará la limpieza con la siguiente frecuencia: 

  • Al inicio del día 
  • Entre intervenciones 
  • Al final de la jornada 

 

Después de una intervención contaminante se realizará una limpieza a fondo, mientras que para el resto de los casos se complementarán las limpiezas anteriores con otras semanales o mensuales. 

 

Aplicación de la limpieza en las zonas de alto riesgo 

 

Antes de iniciar cualquier proceso de limpieza es necesario recoger la materia orgánica como, por ejemplo, sangre u otros fluidos. 

La limpieza nunca se realizará en seco, se empleará la técnica del barrido en húmedo y las superficies se limpiarán con paños, preferiblemente de tejido no tejido, impregnados. 

Limpiaremos siempre de limpio a sucio. Es decir, de arriba hacia abajo y de dentro hacia fuera. 

Por lo que respecta al material empleado, éste debe quedar limpio, desinfectado y, sobre todo, bien escurrido.  

 

Orden de limpieza en las zonas de alto riesgo 

A la hora de llevar a cabo la limpieza en las habitaciones, primero se tratarán las habitaciones de inmunodeprimidos, mientras que las habitaciones de aislamiento se realizarán las últimas para evitar infecciones nosocomiales. 

Precisamente, en las habitaciones de aislamiento se realizará una limpieza a fondo cada dos semanas en aquellos casos en los que se alarga la estancia. En cualquier caso, durante la limpieza de las habitaciones deben tenerse en cuenta todos los elementos que puedan haberse visto contaminados (incluidos persianas y cortinas).