La ducha geriátrica en las residencias para la tercera edad debe contar con profesionales cualificados y una planificación previa que garantice el bienestar de los pacientes. 

 

En el baño de las residencias para la tercera edad o centros sociosanitarios es donde se hace más patente la pérdida de autonomía de los pacientes y donde empiezan a aparecer ciertos grados de dependencia. 

Teniendo en cuenta el tipo de público a tratar y las necesidades que éste presenta, es especialmente importante que las personas encargadas de su cuidado cuenten con conocimientos técnicos en la materia. 

Así, es igual de importante saber tratar correctamente al paciente en el terreno psicológico y darle cierta autonomía que ayude a fomentar su autoestima y bienestar. 

 

Determinar el grado de autonomía de cada paciente 

 

Antes de planificar la ducha geriátrica debemos clasificar los pacientes según su grado de autonomía. 

Esto lo determinaremos en función de si el paciente necesita o no ayuda a la hora de prepararse para la ducha y durante la misma: 

  • Pacientes independientes. En este grupo se comprenden los pacientes que no necesitan ayuda antes ni durante la ducha geriátrica. Es decir, aquellos que son completamente autónomos a la hora de desarrollar esta acción. 
  • Pacientes con necesidad de supervisión. Agrupa a aquellos pacientes que sólo necesitan ayuda en los pasos previos a entrar en la ducha; durante la preparación. 
  • Pacientes dependientes. Este grupo abarca a todos los pacientes que no tienen la suficiente autonomía para la preparación antes de la ducha ni tampoco durante ésta. 

En el caso de este último grupo, debemos asegurar, al menos, un baño completo a la semana 

En cualquier caso, si el paciente o la situación lo requiere, se bañará al paciente un mayor número de veces. 

 

Preparación antes de la ducha geriátrica 

 

En el paso previo a la ducha geriátrica deben seguirse los siguientes pasos: 

 

  • Preparar la toalla con la que secaremos al paciente después de la ducha. 
  • Tener controlados y mantener cerca de la ducha los productos para la higiene corporal (jabón, crema hidratante, etc.). 
  • Preparar bolsas para guardar la ropa sucia. Ésta será envida inmediatamente a la zona de lavandería. 
  • Preparar bolsas para residuos y desechos. Estas bolsas serán tratadas según los protocolos y de forma inmediata. 
  • Todo el personal sanitario debe utilizar guantes desechables no esterilizados. 

 

El uso de guantes desechables en vez de guantes esterilizables ayuda a reducir los riesgos de contaminación cruzada o infecciones nosocomiales, haciendo la higiene más segura para los pacientes y para el personal sanitario.

Acciones durante la ducha geriátrica 

Una vez finalizado el proceso de preparación, debe procederse a la ducha del paciente. 

En cualquier caso, debe preservarse su intimidad, haciendo que la acción de la ducha resulte lo más cómoda posible. 

El lavado debe llevarse a cabo empezando por las zonas más limpias y acabando por las más contaminadas. Siguiente este orden, evitamos contaminar las zonas del cuerpo que ya han sido lavadas previamente. 

El secado y la hidratación con productos específicos forman parte del proceso final de la ducha geriátrica y en ningún caso debe prescindirse de ellos. 

En total, el baño no debe durar más de 10 minutos. Y, tras su finalización, es importante que limpiemos y desinfectemos la zona de la ducha. 

Para la ducha geriátrica recomendamos utilizar jabones dermoprotectores que contienen agentes especiales para proteger e hidratar la piel de los pacientes.

Si quieres más información sobre la ducha geriátrica o sobre jabones dermoprotectores, contacta con nosotros y uno de nuestros expertos te asesorará.