Un almacenamiento y tratamiento higiénico de los alimentos en los almacenes y cocinas ayuda a evitar las alergias alimenticias.
Una incorrecta manipulación de los alimentos que provocan alergias o intolerancias alimentarias puede tener resultados fatales en aquellas personas que son más vulnerables a la hora de sufrir reacciones alérgicas.
Por ejemplo, cuando una persona es alérgica al gluten, de poco sirve que le ofrezcamos alimentos libres de este ingrediente si los cocinamos en la misma freidora donde se preparan el resto de alimentos.
A continuación, presentamos una serie de normas relacionadas con la manipulación de los alimentos y la higiene de los espacios que minimizarán el riesgo de contaminación cruzada en alimentos alérgenos.
Normas de manipulación de alimentos alérgenos
Norma 1: Etiquetar siempre los productos alérgenos y separarlos del resto de alimentos.
El lugar más seguro para colocar los alimentos alérgenos son las repisas o estanterías superiores.
Norma 2: Manipular en primer lugar los alimentos alérgenos y utilizar uniformes y Equipos de Protección Individual (delantales, gorros, etc.) limpios.
Norma 3: Mantener completamente limpias y desinfectadas la maquinaria y las superficies sobre las cuales se van a manipular este tipo de productos.
Norma 4: Bajo ningún concepto debemos manipular otro tipo de alimento durante la preparación de menús especiales.
Norma 5: Utilizar recipientes para los condimentos y especias donde no sea necesario introducir la mano.
Por ejemplo, si utilizamos el mismo salero para menús especiales y el resto de alimentos y manipulamos la sal con la mano pueden propagarse gérmenes que se hayan traspasado previamente de nuestras manos a este condimento.
Norma 6: No mezclar los alimentos alérgenos con el resto de alimentos en armarios calientes o baños maría ya que, aunque los productos se encuentren separados, los agentes alérgenos pueden propagarse mediante el vapor.
Norma 7: Como comentábamos al inicio del artículo, el aceite empleado para freír alimentos alérgenos debe ser nuevo y en ningún caso se puede mezclar con el resto de alimentos.
La higiene de manos juega nuevamente un papel esencial a la hora de minimizar los riesgos de contaminación cruzada.
Además, prestar atención a estos aspectos no solamente ayuda a garantizar la seguridad de los usuarios, sino que también contribuye a que los mismos perciban una imagen más positiva de nuestro negocio.