La elección de un insecticida u otro vendrá siempre determinada por las necesidades de cada negocio, pudiendo escoger entre electrocución, adhesión o spray.

 

Los insectos como, por ejemplo, los mosquitos, son los grandes perturbadores del verano, tanto para aquellos que están disfrutando de su tiempo de ocio como para aquellos que están trabajando. 

Además del calor, existen otras variables que fomentan la aparición de mosquitos. Es el caso de los estancamientos de agua o una localización del espacio en zonas verdes (la presencia de plantas atrae a algunos insectos). 

Para tratar de asegurar la ausencia de mosquitos u otros insectos en los negocios, existen diferentes opciones que, además de ser eficaces, son discretas y no alteran la buena imagen que los clientes o usuarios puedan tener de nosotros.

 

¿Qué opciones de insecticidas existen?

 

  • Trampas lumínicas por electrocución. Este tipo de trampas pueden colocarse en espacios altos y son especialmente eficaces a la hora de atrapar insectos voladores. Los atraen mediante su luz ultravioleta y una vez atrapados, los electrocutan. 
  • Trampas lumínicas por adhesión. Funcionan de forma muy similar a las trampas por electrocución, con una la única diferencia de que, en vez de electrocutar a los insectos voladores, los atrapan y los inmovilizan, quedando estos pegados a sus láminas adhesivas. 
  • Sprays insecticidas de piretrinas naturales. El formato en spray es uno de los más utilizados. Normalmente, suelen resultar molestos porque liberan una gran cantidad de partículas tóxicas en el ambiente. Pero aquellos formulados en base a piretrinas naturales minimizan estos niveles de toxicidad, llegando a pasar desapercibidos para muchos usuarios. Pueden utilizarse de forma manual o con un dispensador automático. 

En el caso de las trampas lumínicas, éstas deben colocarse en lugares visibles para los insectos para poder atraparlos de forma eficaz. 

 

Nuestro consejo 

 

Es importante estudiar previamente el espacio donde se va a aplicar cada insecticida. Por ejemplo, en el caso de las cocinas o entornos que trabajan con alimentos, evitaremos el uso de sprays insecticidas para garantizar la inocuidad de los alimentos.