Cualquier Plan de Limpieza y Desinfección debe recoger las operaciones realizadas y los recursos empleados en la limpieza de cualquier entorno profesional.

 

La limpieza y desinfección es un imperativo en cualquier empresa o entorno. Pero para llevarla a cabo deben establecerse una serie de normas escritas que determinen aspectos como la frecuencia con la que se limpia o desinfecta, los productos empleados para el mismo fin…

Por ello, es importante que estos datos y algunos más queden registrados en el Plan de Limpieza y Desinfección de cada empresa. 

¿Qué es un Plan de Limpieza y Desinfección? 

 

Un Plan de Limpieza y Desinfección (Plan L+D) es un documento que recoge todas las operaciones referentes a la limpieza y desinfección de los espacios: el cómo, el cuándo, el qué… 

Normalmente, suelen ser ejecutados por empresas proveedoras de servicios de higiene y limpieza. De hecho, el Plan de Limpieza y Desinfección ayuda a implantar esas mismas acciones de forma correcta en el espacio y nos permite además realizar una verificación posterior. En la industria alimentaria es un prerrequisito. 

¿Qué partes incluye un Plan de Limpieza y Desinfección? 

 

  • El tipo de superficie, utensilios o aparatos que deben limpiarse y desinfectarse. Éstos deben ser fáciles de limpiar y debe evitarse a toda costa el uso de materiales porosos. 
  • La frecuencia con la que deben llevarse a cabo las acciones de limpieza y desinfección.  
  • De qué manera (con qué medios) se va a limpiar y desinfectar. 
  • Definición de roles: quién hace qué. 
  • Pautas para el control y verificación posterior del proceso, así como la definición de los puntos de mejora. 

 

Esta estructura es extrapolable a prácticamente todos los sectores. Pero en aquellos más exigentes, como es el caso de la industria alimentaria o sanidad, deberá tenerse en cuenta la normativa vigente a la hora de desarrollar el Plan de Limpieza y Desinfección.