Los biofilms eligen superficies específicas sobre las que «alojarse». Por eso, es tan importante elegir correctamente la zona sobre la cual se va a aplicar el muestreo para evitar que estos grupos de microorganismos pasen desapercibidos a la acción de los productos que ayudan a detectarlos.
Los biofilms son grupos de gérmenes resistentes a los químicos de desinfección convencionales y difícilmente detectables. Por ello, a continuación, expondremos una serie de pautas que nos ayuden a tomar muestras de las diferentes superficies para así proceder a la detección de biofilms.
¿Dónde podemos encontrar biofilms?
Antes de exponer las pautas, debemos tener claro que algunos de los hábitats preferidos por los biofilms son duchas, superficies de trabajo (sobre todo en ámbitos alimentarios), intercambiadores de calor o refrigeradores.
Teniendo en cuenta el lugar, es decir, el dónde, procederemos a la forma en cómo debemos de muestrear.
Pautas para el muestreo de superficies
- Tomar la muestra pasadas 3 o 4 horas después de haber limpiado o desinfectado. Ya que, si lo hacemos antes, los gérmenes pueden haber quedado inactivados por el efecto de los desinfectantes.
- Realizar el muestreo en las zonas de producción o donde se considere que las condiciones de humedad, temperatura y presencia de materia orgánica sean más ventajosas.
- Contar con una superficie mayor de lo habitual para la muestra. Para patógenos, se recomienda que ésta contenga entre 1.300 y 1.500 cm2.
- Variar la frecuencia del muestreo, sobre todo si hay brotes implicados.
- Disponer de un plan de verificación que incluya zonas de difícil acceso como, por ejemplo, grietas.
Recordamos que la detección de biofilms no debe evitarse como si de un examen se tratara. La presencia de biofilms en entornos profesionales es algo más común de lo que se cree. Y un resultado positivo debe ser visto como una oportunidad para solucionar el problema y evitar que se vuelva a producir.