Los guantes, mascarillas, peúcos, gorros o batas actúan como barrera entre el paciente o personal médico y el propio espacio. De esta forma contribuimos a minimizar los riesgos de contaminación cruzada. En cualquier caso, debemos emplear equipos desechables y reemplazarlos cada vez que exista la sospecha de que se hayan visto contaminados.

De la misma manera que ocurre en cualquier otro espacio de un hospital o centro médico, el uso de guantes no sustituye en ningún caso al lavado y desinfección de las manos. A la entrada y salida de las salas que contienen aparatos médicos se recomienda lavarse las manos. Para completar este proceso, podemos desinfectarlas con geles hidroalcohólicos.

La limpieza de las salas que contienen máquinas se llevará a cabo con una dilución de los químicos baja. Para el mobiliario y las superficies generales emplearemos detergentes clorados, mientras que para las superficies metálicas optaremos por químicos en base a amonios cuaternarios. Para la aplicación de los químicos, utilizaremos paños de tejido no tejido, que cuentan con una gran capacidad de arrastre y absorción.

En función de los aparatos que encontremos en cada espacio, incorporaremos unos elementos u otros. Por ejemplo, las papeleras y bolsas de residuos son elementos comunes prácticamente en todos los espacios. Pero en el caso de salas de ecografías, en concreto, colocaremos dispensadores de papel para una posterior limpieza del gel empleado.