Los vestuarios y duchas acumulan grandes cantidades de humedad que pueden llegar a fomentar la aparición de hongos. Para su eliminación y prevención es importante desinfectar todas las superficies con desinfectantes de carácter fungicida y, en aquellos casos en los que sea necesario, también bactericidas. Para su aplicación, podemos emplear bayetas de microfibra, que son muy absorbentes y atraen las partículas de suciedad con facilidad.
Los desincrustantes (limpiadores con pH inferior a 6) eliminan los restos de cal o suciedad incrustada de zonas como, por ejemplo, las duchas.
Los haraganes son capaces de eliminar grandes cantidades de agua humedad sobre superficies lisas de una sola pasada.
Para potenciar el rol de los vestuarios como barrera entre el exterior y el interior de la fábrica, es importante ofrecer a los usuarios de higiene personal como, por ejemplo, jabones en las duchas. La colocación de dispensadores hace más cómoda la experiencia de uso de los trabajadores y maximiza la higiene.
Existen los dispensadores automáticos y manuales, aunque los primeros son más higiénicos, ya que evitan el contacto con la superficie.
Los jabones en carga vienen herméticamente cerrados, lo cual maximiza la higiene durante su reposición.
Dotar de guantes o peúcos al personal de limpieza ayuda a mantener el orden y la limpieza que deben establecerse dentro de la industria. Al igual que las manos, los zapatos de calle también transportan una gran cantidad de gérmenes. De manera que, el uso de peúcos desechables evita esta propagación sobre las superficies.
Los guantes de vinilo son una buena alternativa a los guantes de látex para aquellas personas que son susceptibles de sufrir reacciones alérgicas. Además, son igual de flexibles y algo más resistentes.
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