Entre las ventajas del diseño higiénico destaca una optimización de los recursos y el tiempo empleado en las tareas de limpieza.
En artículos anteriores repasamos la definición de diseño higiénico industrial y sus principios básicos.
Recordemos que esta técnica pretende asegurar una limpieza fácil y accesible a los equipos e instalaciones industriales y minimizar los posibles riesgos de contaminación.
A continuación, veremos cuáles son las principales ventajas del diseño higiénico industrial en industrias como la farmacéutica o la alimentaria, entre otras.
Menos contaminación, igual a más seguridad
Al prevenir y reducir la posibilidad de que los microorganismos se acumulen en las instalaciones o equipos, se reduce considerablemente el riesgo de contaminación cruzada.
La limpieza más accesible también hace que estos elementos estén limpios por más tiempo (al no ser necesaria una limpieza en profundidad, se higienizan con mayor frecuencia).
Esto, en definitiva, resulta en una mayor seguridad de los procesos y garantiza la inocuidad de los productos expedidos.
Optimización de los recursos destinados a la limpieza
Al ser la limpieza más sencilla, se destinan menos recursos a la limpieza y, los que se destinan, sufren un menor desgaste.
Esto, a la larga, supone un ahorro considerable, ya que no es necesario comprar tantos útiles de limpieza y se alarga la vida útil de éstos.
Además, está comprobado que el hecho de implantar el diseño higiénico en una industria reduce de forma notable el volumen de residuos generados.
Ahorro de tiempo durante las tareas de limpieza
Igual que ocurre con el material destinado a la higiene, gracias a la simplificación de la limpieza y al fácil acceso a las instalaciones, conseguimos reducir el tiempo destinado a esta tarea.
Como comentábamos, esto permite higienizar un mismo equipo con mayor frecuencia, al no ser necesaria una limpieza en profundidad.
Por otra parte, el tiempo que ahorramos en la limpieza, puede destinarse a la producción.
Menor impacto medioambiental
El diseño higiénico industrial contribuye también a un menor consumo energético en comparación con los métodos convencionales.
De esta forma, conseguimos reducir las emisiones de CO2 y generamos una menor cantidad de residuos en general y de aguas residuales en particular.
Relacionado con la optimización de recursos en la limpieza, también minimizamos el uso de productos químicos.
Mejora de la imagen de marca
Una empresa que se preocupa por la higiene transmite seguridad a los consumidores y genera en ellos una imagen de marca positiva.
Aunque en un entorno industrial es difícil que la higiene sea visible para el consumidor final, esto sí se percibe en el producto expedido.
Garantizando la seguridad de los procesos, evitamos inconvenientes que pueden suponer problemas grandes para la empresa.