Ventajas de la acción mecánica durante la limpieza manual

La acción mecánica que ejercemos durante la limpieza manual ayuda a eliminar microbios de las superficies y a prevenir la contaminación cruzada.

En plena pandemia de Covid-19, la Organización Mundial de la Salud publicó un documento en el que advertía que es necesario limpiar y desinfectar de forma manual para conseguir que el SARS-CoV-2 y otros coronavirus desaparezcan de las superficies.

Esto coincide con el hecho de que los métodos de pulverización o fumigación cada vez están más extendidos durante las tareas de limpieza, tanto en espacios interiores como en espacios exteriores.

De acuerdo con la máxima autoridad sanitaria, este tipo de limpiezas son insuficientes y es necesario recurrir a la acción mecánica que proporciona la limpieza manual para que la higiene sea del todo efectiva.

A continuación, exponemos las principales ventajas de la acción mecánica durante la limpieza manual.

• ¿Qué se considera limpieza manual?
• La limpieza manual remueve gran parte de los virus y bacterias
• La limpieza manual comporta menos riesgos para el personal de limpieza
• La limpieza manual ayuda a controlar el tiempo de aplicación de los químicos
• La limpieza manual ofrece garantías en los resultados de higiene

¿Qué se considera limpieza manual?

La limpieza manual es aquella que recurre al uso de útiles (mopas, paños o cepillos) junto con productos detergentes.

Se caracteriza, principalmente, porque existe contacto directo de dichos útiles con las superficies, ejerciendo en la mayoría de los casos una acción mecánica.

La presión que ejercemos arrastrando los paños o mopas por las superficies durante la limpieza manual ayuda a remover una gran parte de virus, bacterias y otros microorganismos nocivos.

La limpieza manual remueve gran parte de los virus y bacterias

Virus como, por ejemplo, el coronavirus SARS-CoV-2 (virus causante de la Covid-19) está envuelto por una frágil capa de lípidos que se puede romper o debilitar durante la limpieza. 

Esto facilita el trabajo posterior de los desinfectantes, que actúan para eliminar el virus por completo. 

En este artículo puedes consultar más recomendaciones sobre la limpieza y la desinfección para eliminar los microorganismos de las superficies. 

La limpieza manual comporta menos riesgos para el personal de limpieza

Entre las prácticas de limpieza y desinfección más habituales encontramos la de aplicar los detergentes o desinfectantes por vía aérea en forma de pulverización. 

Esta práctica presenta un alto riesgo de causar irritaciones en la piel y en los ojos o inhalaciones tóxicas en el personal encargado de la limpieza. 

En cambio, cuando recurrimos a la limpieza manual, la aplicación de los productos químicos es mucho más controlada. 

Además de consultar las fichas técnicas y fichas de datos de seguridad de los productos químicos, el personal de limpieza debe recibir formación específica sobre cómo preparar las soluciones de higiene de forma segura.

La limpieza manual ayuda a controlar el tiempo de aplicación de los químicos

Recurriendo a la limpieza manual con un paño y un detergente específico nos vemos obligados a respetar los tiempos de aplicación de los productos químicos.

Cada limpiador especifica en su ficha técnica el tiempo de aplicación recomendado para que el producto haga efecto.

La limpieza manual, a diferencia de la técnica de fumigación, nos ayuda a controlar los tiempos y las dosificaciones de los detergentes.

La limpieza manual ofrece garantías en los resultados de higiene

Volviendo a comparar la limpieza manual con la técnica de fumigación, podemos concluir que la primera acción ofrece mayores garantías en cuanto a los resultados de higiene.

Y es que la fumigación no contempla si las superficies se han limpiado cómo es debido previamente, corriendo el riesgo de que algunos desinfectantes se inactiven debido a la presencia de materia orgánica o suciedad.

Recurriendo a la limpieza manual contamos con dos puntos a favor para eliminar microorganismos: la acción de los detergentes y la acción mecánica, que contribuye a arrastrar la suciedad.